Hasta mis pies indolentes
erguida aún me mantienen
la oscilación emerge
sin obedecer mi cuerpo
con otras imposiciones
que va ordenando mi mente
en el borde del abismo
voy como espectro aferrado
en una lucha sin final
a la que estoy condenado
dura reyerta mantengo
con incorpóreo enemigo
en mi cabeza alojado
con quien batallo a diario
sin conseguir someterle
ni tampoco desarmarlo
y ganándole batallas
victorioso se mantiene
ha cambiado la estructura
de los días que me queden
en guardia yo permanezco
en la noche me domina
y eso no ha de sucederme
por el día le controlo
nunca pudo sorprenderme
sin avanzar en mi entidad
pero hostiga casi siempre
cuando a salir me decido
de este letargo insolente
que hace tiempo me envuelve.